martes, 29 de septiembre de 2015

El hombre que rie


Ciertamente el texto constituye la narrativa de un ahora desde las retinas de un niño de nueve años, cuando el mundo es mucho más grande de lo que posteriormente cuestionamos (a medida que vamos envejeciendo) en este tiempo no existe el agobio de una política mediocre o una educación cuestionable, solo la tensión del desempeño del juego que demande la temporada, los problemas de la casa se pueden ahuyentar a través de un recorrido por la ciudad donde la urbe  conforma un paisaje prehistóricamente gigante hecho de concreto. Al llevar a mi propio caso y mi lógica me percato que no recuerdo mayormente lo que era o lo que hice cuando tenía nueve años, quizás algún trauma pueda truncar abruptamente mis recuerdos o quizás solo no lo recuerdo como parte de un proceso carente de algún acontecimiento importante que constituya un referente cronológico, que guie mi memoria.
Lo más cercano que recuerdo era que cerca donde yo vivía no habían niños por lo que solo jugaba con mi primo a cualquier cosa, tasos, laminas dragon ball z, etc y que cuando no estaba yo dibujaba en mi cuaderno cualquier cosa que cupiera en mi imaginación. Nosotros o por lo menos en nuestro caso particular jugamos para entretenernos, recrearnos, por diversión para acortar las tardes y matar las tardes aburridas, quizás también nos desarrollamos y ejercitamos nuestro cerebro pero en ese tiempo el objetivo era muy diferente.
El porqué se juega es un tema amplio de discutir, sin embargo, en palabras del profesor José Tomás Labarthe, el juego es la previa a la guerra, incluso su dinámica se base en la posición básica (ofensiva, defensiva) de los batallones, quizás cabe la duda entre sí fue primero la guerra o el juego, como la dinámica de la gallina y el huevo, al preguntarle a un antropólogo el sentido del juego y responderá con una aproximación de carácter bélico, en cambio preguntárselo a un niño como lo vive responderá que solo lo hace porque es divertido, en mi opinión podría caber la idea de que la evolución nos llevo a la selección natural en colectivo, es decir asociarnos como en la guerra, para dominar la especie y de ahí el comportamiento de jugar puede recaer en una aproximación bélica que denote y explicite nuestro pulso interno de guerrero estratega.
Dentro de la alegría existe el impulso de reír, ahora lo importante es por qué reír o porque nos reímos, existen variadas teorías, como por ejemplo, aquellas que dicen que es un impulso nervioso, para mi es una respuesta al medio, mediante la risa nos identificamos con caricaturas y hacemos nuestra realidad más tolerable, lo que hace que podamos tener un paso más grato por la tierra, para el caso de “el hombre que ríe” creo estar incapacitado para dar una respuesta única, lo que sí puedo es dar mi opinión y decir que es una contraposición, como una sátira, ya que, su diabólico resuello, es llamada risa para amenizar su naturaleza macabra, es como cuando existe algo muy bello a lo que irónicamente decimos que es feo.
¿Que simboliza el hombre que ríe? , simboliza (a mi parecer) una forma de adaptarse, simboliza la fuerza de la justicia que tiene el tímido, ya que a pesar de sus defectos y de que se oculta hace justicia en forma de crimen como un Robín Hood macabro.

¿Qué significa la máscara del hombre que ríe? Yo pienso que la máscara es la careta o la coraza que todos desarrollamos para que los demás no nos hieran, el hombre que ríe tenía su personalidad compleja y su lectura macabra y justiciera del mundo pero ocupaba su máscara para adaptarse, para encajar en la sociedad que tenía que era su grupo delictual, por lo cual la máscara es la personalidad, es la explicitación de la mascara (sicológicamente hablando) que portamos todos en nuestro cotidiano para encajar con el resto y sus lecturas de vida.

martes, 22 de septiembre de 2015

"Viviendo según el cartel" - Sam Shepard



Viviendo según el cartel
Sam Shepard.

“Algunas palabras abren heridas otras abren caminos” (acción poética), esta es una de las frases que podrían representar el “cuento viviendo según el cartel”, el cual se entreteje en un local de comida rápida donde cuelga un cartel que dice “la vida es lo que te pasa mientras haces planes para otra cosa”. Ciertamente vemos a diario cosas de este tipo, comunicados insinuantes, melancólicos, alentadores, protestantes, y llega un momento en que lo consumimos en nuestra sinapsis y pensamos en nuestra vida en relación a la frase o idealizamos a la persona que lo escribió, como alguien que mantiene un estilo de vida coherente a lo que escribe; existe una canción que dice “el valiente enfrenta miedos ajenos para ocultar los propios” (deja que hable el corazón, El B), lo mismo pasa en el cuento, un hombre llega al restorán “Alitas” donde se encontraba el cartel con la frase mencionada anteriormente. El cliente idealizo al autor del cartel como una persona alegre, optimista, alguien que en su vida podría demostrar un positivismo sobresaliente, y quería conocerlo, curiosamente el cartel pertenecía a Dicky un joven flaco, tímido, el cual, expreso que tuvo una fantasía donde se encontraba en colorado viendo caer la nieve, y vino a su mente el contraste de su ideal (colorado) versus su real (el restorán), es como el caso del rey del rock n roll; Elvis Presley, el cual, era un artista completísimo con un asombroso desplante en el escenario, pero, abajo (en el cotidiano) era una persona tímida.
Quizás cuando nos topamos en nuestros habituales senderos aquellas frases que remesen nuestras conciencias, debemos pensar más allá de las personas, sino que en el efecto que causamos en ellas, un día lluvioso solo depende de una brisa para que pueda escampar, una persona puede cargar una pena y quizás leer estas frases pueden alivianar su carga, la expresión puede ser un desahogo y también un apoyo para quien ve o aprecia tu forma de expresarte. En lo incierto de la vida y las personas podemos mantener la certeza de que no sabemos el alcance de nuestras acciones, dice un proverbio chino que el aleteo de una mariposa se escucha del otro lado del mundo, en las personas es lo mismo una frase alentadora puede mejorar el ánimo de una persona y quizás esta podrá sentir que no está sola y que otra persona también siento lo mismo. Las palabras tienen un gran efecto en cada uno de nosotros, solo debemos sacarles de dentro y mostrarlas al mundo.

martes, 1 de septiembre de 2015

Un día perfecto para el pez plátano


El cuento "Un día perfecto para el pez plátano" es la narrativa de una escena situada en una playa presumiblemente en USA, debido a que los personajes describen u expresan capitales pertenecientes a este país, ademas la chica Muriel, plantea en la llamada telefónica que viajo en automóvil, ya que se encontraba una leve discusión por la forma de conducir de su marido.
La trama se desarrolla a través de diálogos de los personajes, podríamos decir que son narradores personajes, el contexto social de los personajes se desarrollo entorno a unas vacaciones, que podrían ser una instancia de reencuentro dado el antecedente de que Seymour, venia llegando de la guerra.
Otro acontecer importante es que la madre de Muriel presenta una importante preocupación por el bienestar de su hija, conforme al equilibrio mental de su marido, es decir, la madre teme porque Seymour pierda la razón y pueda provocar algún daño a su esposa (Muriel) .Podría darse el caso de la guerra de Vietnam, la cual por el carácter despiadado de las tácticas empleadas en ella (los vietnamitas enviaban niños a venderles comida y luego los explotaban, entre otras cosas) dejo un gran numero de secuelas de tipo psicológico en muchos soldados estadounidenses, que para el caso haria el contraste perfecto de contexto familiar y secuelas post-guerra.
Al final del cuento el joven Seymour, observa a su esposa dormir luego de una tarde recreativa y muy normal con una niña de nombre Sybil, tras este episodio el joven se suicida de una descarga en la sien derecha, (se podría inferir que era surdo, por algo se destaca este detalle).
El texto podría mostrar uno de los tantos casos donde los suicidas pasan su ultimo día en total armonía, como si nada pasara, también podría constituir una mirada previa a un suicidio, desde la perspectiva del peritaje. o ser un vistazo de algún recuerdo que guarden los personajes.
un alcance que daba señas del desequilibrio mental del personaje fue la molestia que provoco el pensar que la señora del ascensor le miraba los pies, algo que pasa desapercibido, o por otro lado pudo ser apropósito, ya que quizás dicha mujer iba al mismo piso y podría interrumpir la discreción de su acto final, podría haber escandalizado la ultima escena y posterior baja del telón.